La psicoterapeuta Dora M. Kalff creó la caja de arena con la finalidad de que los pacientes conectaran con su inconsciente. Para ello el paciente tiene a su disposición una serie de figuras u objetos que pueden ser:

​

• personas

• animales

• edificios, construcciones, muebles

• elementos naturales

• objetos cotidianos, etc.

 

El psicólogo le acompaña en silencio en la elección de estas figuras para la representación de su estado emocional. Permite de esta forma no intrusiva - para las personas que tienen dificultades en expresarlo - el facilitarles la externalización de sus sensaciones o conflictos internos, mediante la narración y metáforas que se crean.  Lo que les ayuda a descubrir y ver lo que han representado, desde otro punto de vista, permitiéndoles movilizarse al cambio.